Círculo Octavo: Fraude
Sima quinta: Barateros y Tramposos
Ciampolo, Fra Gomita, M. Zanche, riña de demonios
Continuación del canto anterior. Siguen los poetas orillando el sexto círculo. Tormentos de los barateros y de los que bajo el favor de los príncipes trafican con la justicia. El baratero Ciampolo de Navarra. Reseña de los barateros que yacen sumidos en el lago de pez hirviente. Escenas grotescas entre diablos y barateros. Los poetas se alejan del lago hirviente.
Diablos y estafadores - versos 1-30
Caballeros he visto alzar el campo,
comenzar el combate, o la revista,
y alguna vez huir para salvarse; 3
en vuestra tierra he visto exploradores,
¡Oh aretinos! y he visto las mesnadas, 5[L235]
hacer torneos y correr las justas, 6
ora con trompas, y ora con campanas,
con tambores, y hogueras en castillos,
con cosas propias y también ajenas; 9
mas nunca con tan rara cornamusa,
moverse caballeros ni pendones,
ni nave al ver una estrella o la tierra. 12
Caminábamos con los diez demonios,
¡fiera compaña!, mas en la taberna
con borrachos, con santos en la iglesia. 15[L236]
Mas a la pez volvía la mirada,
por ver lo que la bolsa contenía
y a la gente que adentro estaba ardiendo. 18
Cual los delfines hacen sus señales 19[L237]
con el arco del lomo al marinero,
que le preparan a que el leño salve, 21
por aliviar su pena, de este modo
enseñaban la espalda algunos de ellos,
escondiéndose en menos que hace el rayo. 24
Y como al borde del agua de un charco
hay renacuajos con el morro fuera,
con el tronco y las ancas escondidas, 27
se encontraban así los pecadores;
mas, como se acercaba Barbatiesa,
bajo el hervor volvieron a meterse. 30
Ciampolo de Navarra - vv. 31-90
Yo vi, y el corazón se me acongoja,
que uno esperaba, así como sucede 32[L238]
que una rana se queda y otra salta; 33
Y Arañaperros, que a su lado estaba,
le agarró por el pelo empegotado
y le sacó cual si fuese una nutria. 36
Ya de todos el nombre conocía,
pues lo aprendí cuando fueron nombrados,
y atento estuve cuando se llamaban. 39
«Ahora, Berrugas, puedes ya clavarle
los garfios en la espalda y desollarlo»
gritaban todos juntos los malditos. 42
Y yo: «Maestro, intenta, si es que puedes,
saber quién es aquel desventurado,
llegado a manos de sus enemigos.» 45
Y junto a él se aproximó mi guía;
preguntó de dónde era, y él repuso:
«Fui nacido en el reino de Navarra. 48
Criado de un señor me hizo mi madre,
que me había engendrado de un bellaco,
destructor de sí mismo y de sus cosas. 51
Después fui de la corte de Teobaldo: 52[L239]
allí me puse a hacer baratertas;
y en este caldo estoy rindiendo cuentas.» 54
Y Colmilludo a cuya boca asoman,
tal jabalí, un colmillo a cada lado,
le hizo sentir cómo uno descosía. 57
Cayó el ratón entre malvados gatos;
mas le agarró en sus brazos Barbatiesa,
y dijo: « Estaros quietos un momento.» 60
Y volviendo la cara a mi maestro
«Pregunta ‑dijo‑ aún, si más deseas
de él saber, antes que esos lo destrocen». 63
El guía entonces: «De los otros reos,
di ahora si de algún latino sabes
que esté bajo la pez.» Y él: «Hace poco 66
a uno dejé que fue de allí vecino.
¡Si estuviese con él aún recubierto
no temería tridentes ni garras!» 69
Y el Salido: «Esperamos ya bastante»,
dijo, y cogióle el brazo con el gancho,
tal que se llevó un trozo desgarrado. 72
También quiso agarrarle Ponzoñoso
piernas abajo; mas el decurión
miró a su alrededor con mala cara. 75
Cuando estuvieron algo más calmados,
a aquel que aún contemplaba sus heridas
le preguntó mi guía sin tardanza: 78
«¿Y quién es ése a quien enhoramala
dejaste, has dicho, por salir a flote?»
Y aquél repuso: «Fue el fraile Gomita, 81[L240]
el de Gallura, vaso de mil fraudes;
que apresó a los rivales de su amo,
consiguiendo que todos lo alabasen. 84
Cogió el dinero, y soltóles de plano,
como dice; y fue en otros menesteres,
no chico, mas eximio baratero. 87
Trata con él maese Miguel Zanque 88[L241]
de Logodoro; y hablan Cerdeña
sin que sus lenguas nunca se fatiguen. 90
Engaño de Ciampolo y pelea de los diablos - vv. 91-151
¡Ay de mí! ved que aquél rechina el diente:
más te diría pero tengo miedo
que a rascarme la tiña se aparezcan.» 93
Y vuelto hacia el Tartaja el gran preboste,
cuyos ojos herirle amenazaban,
dijo: « Hazte a un lado, pájaro malvado.» 96
«Si queréis conocerles o escucharles
‑volvió a empezar el preso temeroso-
haré venir toscanos o lombardos; 99
pero quietos estén los Malasgarras
para que éstos no teman su venganza,
y yo, siguiendo en este mismo sitio, 102
por uno que soy yo, haré venir siete
cuando les silbe, como acostumbramos
hacer cuando del fondo sale alguno.» 105[L242]
Malchucho en ese instante alzó el hocico,
moviendo la cabeza, y dijo: «Ved
qué malicia pensó para escaparse.» 108
Mas él, que muchos trucos conocía
respondió: «¿Malicioso soy acaso,
cuando busco a los míos más tristeza?» 111
No se aguantó Aligacho, y, al contrario
de los otros, le dijo: «Si te tiras,
yo no iré tras de ti con buen galope, 114
mas batiré sobre la pez las alas;
deja la orilla y corre tras la roca;
ya veremos si tú nos aventajas.» 117
Oh tú que lees, oirás un nuevo juego:
todos al otro lado se volvieron,
y el primero aquel que era más contrario. 120
Aprovechó su tiempo el de Navarra;
fijó la planta en tierra, y en un punto
dio un salto y se escapó de su preboste. 123
Y por esto, culpables se sintieron,
más aquel que fue causa del desastre,
que se marchó gritando: «Ya te tengo.» 126
Mas de poco valió, pues que al miedoso
no alcanzaron las alas: se hundió éste,
y aquél alzó volando arriba el pecho. 129
No de otro modo el ánade de golpe,
cuando el halcón se acerca, se sumerge,
y éste, roto y cansado, se remonta. 132
Airado Patasfrías por la broma,
volando atrás, lo cogió, deseando
que aquél huyese para armar camorra; 135
y al desaparecer el baratero,
volvió las garras a su camarada,
tal que con él se enzarzó sobre el foso. 138
Fue el otro gavilán bien amaestrado,
sujetándole bien, y ambos cayeron
en la mitad de aquel pantano hirviente. 141
Los separó el calor a toda prisa,
pero era muy difícil remontarse,
pues tenían las alas pegajosas. 144
Barbatiesa, enfadado cual los otros,
a cuatro hizo volar a la otra parte,
todos con grafios y muy prestamente.147
Por un lado y por otro descendieron:
echaron garfios a los atrapados,
que cocidos estaban en la costra, 150
y asi enredados los abandonamos.
Notas
[L235] En efecto, Dante participó en las correrías militares de los florentinos por tierras de Arezzo, tras la batalla de Campaldino en 1289.
[L236] Se trata de un dicho popular. «In chiesa coi santi e in taverna coi ghiottoni», que invita a adaptarse a todo tipo de circunstancias, como ahora a la compañía de los demonios.
[L237] Era creencia vulgar de la época que los delfines avisaban a los marineros de la cercanía de una borrasca.
[L238] Ciampolo de Navarra, de quien apenas sabemos más que lo que el mismo Dante relata.
[L239] El rey Teobaldo de Navarra reinó de 1253 a 1270.
[L240] Fray Gomita de Cerdeña, vicario de Ugolino Visconti, fue juez de la ciudad sarda de Gallura de 1275 a 1296, donde se dejó corromper por los enemigos pisanos del Visconti, a los que había puesto en prisión.
[L241] Miguel Zanque, también sardo, casó con una hija de Branca Doria, el cual le mató a traición (Infierno, XXXIII, 137).
[L242] Cuando algún condenado sale a la superficie y ve que no hay demonios cerca avisa a los otros para que salgan.
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